“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué
gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio!” 1Co 9:16
Pablo nos enseña en este pasaje como veía el ministerio que
había recibido de su salvador.
- Lo consideraba un gran privilegio.
- Lo consideraba un deber.
La predicación del evangelio es mandato de Dios para sus hijos,
el apóstol Pablo no podía dejar de predicar aunque quisiera. Estaba supeditado
al deseo de hacer lo que Dios quisiera, usando sus dones para la gloria de
Dios. ¿Qué dones especiales le ha dado Dios? ¿Está usted motivado, como Pablo,
para glorificar a Dios con sus dones?
este corto vídeo es el evangelismo que realizamos junto a los
pastores de diferentes lugares del Perú.
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