Esta es la primera parte de este
tema que estaré compartiendo, es un ajuste de dos disertaciones del pastor John
Piper.
Los pecados relacionados con un uso inapropiado de la sexualidad
siempre han sido de los más difíciles a través de toda la historia, pero
probablemente no ha existido un período como el presente donde el cristiano se
encuentra más bombardeado por las diversas tentaciones a pecar contra el 7mo
mandamiento.
Hermanos, aún cuando hacemos compromiso, voto y esfuerzo de
evitar las tentaciones, éstas son inevitables. La televisión, el internet, la
playa, las tiendas, los periódicos, las revistas, etc…
La Biblia habla abundantemente sobre el sexo, tanto de manera
positiva como negativa y nuestro Señor Jesucristo considera que el manejo de
nuestra sexualidad es de inmensa importancia. Veamos sus palabras en Mateo
5:27-30.
“27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. 28 Pero yo os
digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella
en su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y
échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo
tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de
caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
En otras palabras, hay algo mucho más importante que tu mano o
tu ojo o tu cabeza – esto es, recibir vida eternal o perecer en el infierno.