Dios me permitió viajar a la Selva de Loreto, Bajo Amazonas.
Como ya lo había compartido esta noticia por el Facebook, visitamos seis comunidades:
Nueve de Octubre, Jesús de Praga, Mayoruna, San Juan de Camuchero, San Juan de Cacao y a los Yaguas. Todas estas comunidades se ubican en la rivera del Rio más caudaloso del mundo, El Amazonas.
Estuvimos por nueve días viajando de comunidad en comunidad, nuestro viaje consistió en visitar a las pequeñas iglesias de aquellos lugares animándoles a seguir fieles al llamado de nuestro Señor, como también impartimos temas de Vida Cristiana a niños, jóvenes, adultos y ancianos que asistieron a las reuniones en cada pueblo donde llegamos.
Hay iglesias que no tienen pastores y solo hay hermanos encargados lo que hace que el ministerio por estos lugares no se desarrolle como debe ser. Algunos quienes estaban encargados terminaron volviendo al mundo. Fue una semana muy agotadora, no había viajado tanto antes, dos horas en avión, ocho horas en bote rápido, cuatro en deslizador y una hora en avioneta.
Existe una necesidad grande de enseñar en que consiste el evangelio, y la vida cristiana. Muchos de ellos creen que con asistir a una reunión es suficiente y esto tiene que ver con la falta de preparación de aquellos quienes lideran la iglesia. Dios permita que lleguen hombres a seguir siendo de ayuda con la predicación del evangelio.
Asimismo estuvimos compartiendo el evangelio en cada comunidad y a los Yaguas que viven por Iquitos (ver foto abajo).
Ellos son animistas, practican la hechicería y el curanderismo. Quien nos recibió fue el señor Cesar Cahuachi el jefe de la comunidad a quien le pedimos un tiempo para poder conversar con él y otros hombre más de su comunidad. Primero nos compartieron las artesanías que ellos laboran para poder vender, pues teníamos que comprar y ganarnos su confianza para luego poder compartirles el evangelio.
Agradecimientos
Nuestra gratitud a todos ustedes quienes oran por nosotros y el ministerio que Dios hace. Ustedes y nosotros hacemos un equipo para seguir llevando el evangelio a cuantas almas Dios nos permita y gozarnos ver como Dios va haciendo su obra llevando a personas pecadoras rendidas a los pies de nuestro Salvador Jesucristo. Y así dando la mayor Gloria a Dios.
